La progresión de la resistencia a determinados antibióticos se ha acelerado. Los dos grandes pilares del control de las resistencias se basan en el uso prudente de los antibióticos (para frenar la aparición de nuevas resistencias) y en las medidas de control de la infección como el lavado de manos (para frenar la transmisión de las bacterias resistentes). La educación de la población y de los profesionales sanitarios influye de manera decisiva en la forma en que los antibióticos son utilizados y por lo tanto en las tasas de resistencia a los mismos. La educación y concienciación son factores de importancia estratégica para preservar el uso de los antibióticos actualmente disponibles, frenar la progresión de la resistencia e incluso disminuir la misma.
La Dra. Mª Isabel Morosini, miembro de SEIMC y presidenta de GEMARA, -Grupo de Estudio de los Mecanismos de Acción y Resistencia de los Antibióticos de SEIMC-, afirma: "Es de vital importancia que la población haga un uso responsable de los antibióticos y que siga rigurosamente la prescripción médica. Se deben tomar las dosis recomendadas, a las horas indicadas y durante los días establecidos por el médico, de lo contrario, se favorece el aumento de las resistencias".
Los antibióticos, también llamados antimicrobianos, son un tipo de medicamento que puede matar a las bacterias o inhibir su crecimiento y así curar infecciones en las personas, los animales y, en ocasiones, en las plantas. Los antibióticos no curan infecciones causadas por virus, como el resfriado común o la gripe, únicamente son eficaces para combatir las infecciones bacterianas. El diagnóstico correcto y la decisión respecto a la necesidad de administrar antibióticos son competencia exclusiva de los médicos, por ello se han de seguir siempre las indicaciones del médico y tomar los antibióticos cómo y cuándo él lo indique.
Se dice que una bacteria ha desarrollado resistencia cuando un antibiótico específico pierde su capacidad para eliminarla o para detener su crecimiento. Las bacterias resistentes sobreviven en presencia del antibiótico y siguen multiplicándose, prolongando la enfermedad e incluso causando la muerte. Las infecciones provocadas por bacterias resistentes requieren mayores cuidados así como el uso de antibióticos alternativos y más costosos que, en ocasiones, pueden tener efectos secundarios más graves.
El uso excesivo e inadecuado de los antibióticos acelera la aparición y la propagación de bacterias resistentes. Éstas pueden diseminarse y causar infecciones a otras personas que no hayan tomado ningún antibiótico. Las bacterias resistentes podrían llegar a ser inmunes frente a cualquier antibiótico conocido. Sin antibióticos eficaces, regresaríamos a la "era anterior a los antibióticos", y los trasplantes de órganos, la quimioterapia contra el cáncer, los cuidados intensivos y otros procedimientos médicos ya no serían posibles.