En la dieta vegetariana hay ausencia de ciertos alimentos que son tradicionalmente reconocidos como los más adecuados para favorecer el crecimiento y la formación de los huesos. La cantidad y calidad de nuestra alimentación (fósforo, calcio, magnesio, vitamina D, A, K), el consumo de otros productos dietéticos que ayudan o entorpecen la absorción de los minerales encargados de nutrir el hueso y la predisposición genética de cada individuo para desarrollar trastornos óseos, son elementos fundamentales para la salud ósea.
Se realizó un estudio donde se analizó la densidad ósea de cuatro tipos de dietas vegetarianas distintas: semi-vegetariana, que elimina sólo el consumo de carne como alimento animal, lacto-ovo-vegetariana, que restringe también el pescado pero sí incluye la leche y los huevos, lacto-vegetariana, que sólo acepta la leche y los productos lácteos como fuente proteica animal y por último la dieta vegana, que descarta todos los alimentos que posean origen animal.
Se realizaron nueve estudios, con una muestra total de 869 mujeres y 1.880 hombres. Los resultados demostraron que las personas vegetarianas tienen un 4% menos de densidad mineral ósea (en el cuello del fémur y en la columna lumbar) que aquellos que siguen una dieta omnívora. Además el estudio arrojó que las personas veganas tienen un 6% menos de espesor en los huesos.
¿A qué se deben estos resultados?
Es difícil afirmar que la menor densidad ósea presente en los vegetarianos se deba primordialmente a su alimentación. Por un lado, es poco probable que la causa de menor solidez de los huesos de los vegetarianos sea por las diferencias en la ingesta de calcio dietético. Si bien es cierto que los vegetarianos pueden tener un mayor consumo global de calcio, el porcentaje de lo que realmente absorben con respecto a lo consumido es menor. Existen varios estudios que asocian el consumo de este mineral con la densidad ósea y la reducción del riesgo de fractura. Sin embargo, el principal meta-análisis (con 33 estudios sobre el tema) señala que la contribución del calcio dietético a la densidad ósea es modesta.
Por lo que los expertos sugieren que las diferencias en el consumo de calcio, vegetales y alimentos de origen animal, no tendrían un efecto significativo en la variación observada en la densidad mineral ósea.
Por último y como conclusión del estudio, las dietas vegetarianas (sobre todo las veganas) sí se asocian a una menor densidad mineral ósea pero esto no alcanza a ser una preocupación clínica. En la densidad de los huesos influyen otros múltiples factores ambientales y genéticos, por lo que una modificación en la dieta no es suficiente para mejorar la salud ósea.