Todo cambia con el paso de los años, cambia el
cuerpo, los
gustos,
actividades e incluso los
hábitos
alimenticios. Lo que debes de tener presente es según pasan los años los
requerimientos de
nutrientes de tu
cuerpo
cambian. Lo que comas hoy puede
influir en tu
salud dentro de muchos años. De
hecho, la
alimentación y los
hábitos pueden
acentuar la tendencia de muchas personas a
contraer ciertas
enfermedades. Por ejemplo,
quienes durante toda su
vida comieron
alimentos
con mucha
grasa saturada, se exponen cuando
llegan a la tercera edad a
enfermedades cardíacas
y aumentan las probabilidades de contraer un
infarto.
Por eso, es fundamental que le des a tu
cuerpo lo
que necesita en cada
etapa de tu vida. Así
vivirás
más y mejor, ya que gozarás de
buena salud. Y
además, cuidándote en las
comidas, te
mantendrás en tu
peso ideal por muchísimos
años, sin tener que preocuparte por el
antiestético
y
riesgoso sobrepeso.
La forma
ideal de cuidarse según uno va ganando
edad es
alimentarse sanamente desde la
juventud.
Cuando uno es
joven debe llevar a cabo una
dieta
rica en frutas y vegetales. En cuanto a las carnes,
también es bueno que se consuman, pues tienen
muchas
proteínas, pero hay que ser cauteloso. El
exceso de carnes puede traer consecuencias. Evitar el consumo
de
alcohol y
azúcar blanco refinado (sacarosa)
mejorará de manera ostensible tu
salud.
Cuando una persona se hace mayor,
hay ciertos requerimientos que ya no se verifican
en su
cuerpo. Cuando la
persona es joven,
necesita incorporar muchas
calorías para poder
cumplir con el requisito
energético del desarrollo
y el crecimiento, proceso que durante la
adultez y
la vejez se detiene por completo.
Las personas mayores precisan incorporar
otros
nutrientes para evitar el decaimiento propio
de la
edad y el
debilitamiento de sus sistemas y
huesos. Los mayores necesitan grandes
cantidades de
vitaminas y minerales estas las pueden obtener de las
frutas y
verduras. Las
frutas frescas, como la naranja, las
uvas son una fuente importante de
vitaminas A y
C, fundamentales para fortalecer el
sistema
inmunológico, así como para prevenir el
resfriado y aminorar los problemas en la vista.
Esto mantendrá a la persona libre de algunas
peligrosas infecciones.
Los vegetales aportan también minerales que son
importantes para mantener el cuerpo sano.
También debe incluirse en la dieta de toda
persona mayor el consumo de alimentos ricos en
proteínas como las carnes y los huevos. El
consumo de leche y sus derivados mantendrá a la
persona con una osamenta
fuerte y sana. Además,
el ejercicio de acuerdo a las posibilidades y a la
movilidad de la persona, contribuyen a mantener
el
cuerpo en buen estado.