Muchas veces al mostrar al médico nuestros análisis de sangre observamos que no se fija tanto para preocuparse en el índice de colesterol total sino sobre todo en uno de ellos, el LDL, que vulgarmente conocemos como colesterol malo, pues es el que transporta el colesterola las células El otro, que es el HDL, es el que retira de las células su excedente.
El colesterol es una sustancia grasa que integra las membranas celulares. Es importante para el organismo pues permite la formación de la bilis, importante para el proceso digestivo, y algunas hormonas, como las sexuales. Sin embargo, cuando se acumula en la sangre, mucha cantidad de colesterol, es nocivo para el sistema circulatorio, y puede producir una enfermedad grave llamada ateroesclerosis, que puede ocasionar la muerte de las células del corazón y causar un infarto, o afectar el cerebro.
Cuando el colesterol malo se eleva a más de 150 mg/dl se dice que el paciente padece de hipercolesterolemia, y muchas veces intervienen en ello factores genéticos. Si bien no podemos luchar contra esta predisposición natural de ciertas personas a padecer la enfermedad, una dieta rica en grasas, unido al el tabaco, contribuye a los desenlaces más graves e indeseados.
El colesterol bueno que no debe ser inferior a 50 mg/dl, retira el exceso de colesterol de las células y evita su acumulación en las paredes de los vasos sanguíneos.
Los vegetarianos al no consumir tantos productos con grasas animales estamos más protegidos contra el colesterol malo. Sin embargo se deben evitar para los ovolactovegetarianos, en caso de padecer hipercolesterolemia, la yema de huevo o el queso o la mantequilla, además de postres, chocolates, masas, y salsas.
Hay otros productos vegetales, como las nueces, que aportan colesterol bueno, muy importante para contrarrestar los efectos del colesterol malo. Entre las verduras y cereales contribuyen a reducir el colesterol malo, las berenjenas, los morrones, la maca, el arroz y la avena.
Fuente: vegetomania.com/Colesterol Bueno y Malo/Hilda