• Realizar de 5 a 6 comidas al día y poco abundantes.
• Intentar satisfacer los gustos y costumbres del comensal.
• Tener siempre a mano alimentos para comer entre horas.
• Cuidar las presentaciones de los platos. Deben ser vistosas, atractivas y con variedad de texturas y colores.
• Mantener el ambiente ventilado, libre de olores de cocina.
• Servir los alimentos tibios. El vapor o aroma que desprenden los alimentos calientes pueden quitarnos el apetito.
• Empezar con cocciones poco grasas (más fáciles de digerir y reducen la sensación de plenitud).
• No añadir caldo o agua a los alimentos, yaque reducimos el valor nutritivo de la dieta.
• Enriquecer los platos con: quesitos, queso rallado, mantequilla, aceite de oliva, frutos secos triturados, nata líquida, clara de huevo, etc.